La utilidad del código de barras en la industria

Ese conjunto de líneas negras verticales de diferente grosor que se incluyen en el empaquetado de todos los productos comerciales tiene mucho más valor del que puede aparentar. Gracias a los códigos de barras, las empresas y los consumidores pueden codificar, clasificar y comparar la información de los artículos.

Primero, se crean a través de un generador de códigos de barras. Después, tras ser examinados por un lector de código de barras 2D, muestran importantes datos, como por ejemplo la composición del producto, su precio de venta, sus datos nutricionales, en caso de tratarse de un alimento, y la fecha de vencimiento.

Como es posible imaginar, se trata de información muy valiosa y clave en cualquier industria. Por eso, es conveniente que, en la fase de diseño y producción, las organizaciones se aseguren de que sus procesos cumplen, en este sentido, los estándares de calidad. Y, sobre todo, conviene dirigirse progresivamente hacia un escenario de error cero.

Un poco de historia

Es interesante conocer cuál es el origen del código de barras, para entender por completo su funcionamiento y todas sus utilidades. Fue en 1952 cuando dos norteamericanos patentaron esta herramienta, que no comenzó a usarse de manera estandarizada hasta mediados de los años 60.

En ese momento, las principales empresas de todo el mundo acordaron convertir al código de barras en el estándar de identificación global. Con esta decisión, consiguieron que todas las cadenas de suministro y proveedores hablaran el mismo idioma en el mundo de los negocios.

Además de la enorme utilidad que representa este mecanismo para los sectores alimentario y farmacéutico, la lectura de códigos de barras permite identificar de manera automática y a nivel mundial todos estos elementos.

• Ubicaciones.
• Documentos.
• Activos.
• Unidades logísticas.
• Relaciones de socios.

El código de barras en la industria farmacéutica

Si nos centramos en el funcionamiento y la utilidad de los lectores de códigos de barras en el sector farmacéutico, estos cumplen, adicionalmente, dos funciones clave.

Conservación, almacenamiento y retirada de productos. Aún son muchos los casos en los que es necesario realizar manualmente tareas para las que, en realidad, existen herramientas tecnológicas. Al verificar un código de barras, se detectan posibles errores, fallos o medicamentos que han caducado. En estos casos, es imperativo desechar inmediatamente esos productos y que su eliminación quede correctamente registrada.

Optimización de la gestión del stock. Ninguna empresa tiene entre sus planes quedarse sin stock. Se trata de una situación del todo indeseable para cualquier organización, por eso evitar que suceda ha de ser una prioridad. Para lograrlo, es posible verificar los códigos de barras y comprobar que hay en la farmacia (o se han encargado) el número apropiado de medicamentos. Este control de existencias es mucho más ágil y evita tener que recurrir a conexiones de red o bases de datos.

En este sentido, destacan la comodidad y eficiencia de los terminales portátiles o PDA, para el escaneo y la lectura de códigos. Con estos dispositivos, es mucho más fácil gestionar las compras, clasificar productos y mantener el equilibrio entre las ventas y el stock.

El código de barras en el sector de la alimentación

Igual o más importante es la utilidad del código de barras en la industria alimentaria. En ella nos encontramos básicamente con dos tipos de códigos de barras diferentes, que son los más utilizados: el código UPC y el EAN. En ambos casos, los beneficios que se obtienen son numerosos.

• Garantizan el seguimiento de alimentos.
• Mejoran el servicio y de la trazabilidad.
• Mayor control sobre la producción.
• Fácil rastreo y retirada de alimentos en mal estado.

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