Cómo los controles de calidad inciden en las ventas

Hoy en día, asegurar la calidad en los procesos de producción no es un lujo. Más bien es una obligación para todas aquellas organizaciones que quieran reducir al máximo las posibilidades de obtener un producto final defectuoso. Así, mediante el uso de muy diversas técnicas y análisis, se busca evitar las consecuencias negativas de una mala gestión de la calidad que pueden llegar a afectar a la empresa en su totalidad.

A continuación se explica a qué estándares se acogen los responsables de la calidad de los procesos de producción, por qué conviene implementar las medidas necesarias para cumplir con esos estándares y cómo es posible instaurar en las organizaciones sistemas de gestión de la calidad que cumplan estos objetivos.

La calidad en la producción y las normas ISO 9000

La Organización Internacional de Normalización es la responsable de las normas ISO 9000, un conjunto de requisitos relacionados con el control y la gestión de la calidad. En la medida en que las empresas cumplan esos requisitos, podrán obtener esta certificación de reconocimiento internacional. Hasta no hace mucho la calidad estaba exclusivamente ligada a los procesos finales, aquellos que estaban más cerca el consumidor. Sin embargo, hoy impera la necesidad de velar por que esa calidad exista desde el principio: desde la fase de diseño y producción. Por esta razón son cada vez más las empresas que deciden implementar en sus procesos las normas y estándares ISO 9000. Se trata de una decisión estratégicamente inteligente que promueve el éxito a largo plazo de las organizaciones.

En este sentido, desde AIS Vision System, como expertos en el campo de la visión artificial industrial, diseñamos e implementamos soluciones personalizadas destinadas a ayudar a nuestros clientes a mantener la calidad bajo control a lo largo de todo el proceso de producción.

• Cámaras de visión artificial.
• Lectura de códigos.
• Packaging, etiquetado y taponado.
• Trazabilidad y control de almacén.

Las innumerables ventajas de invertir en calidad

Los beneficios que reporta apostar por la calidad en la empresa repercuten en diversos ámbitos. Nos encontramos con ventajas de todo tipo, como las siguientes.

• Ventajas financieras. Relacionadas con evitar los costes de asumir errores en la producción y la posible disminución en las ventas, en caso de que los productos en mal estado lleguen a los clientes.
• Ventajas comerciales. La calidad asociada a los productos incide muy positivamente en la imagen de marca y hace mucho más sencillo asumir, por ejemplo, subidas de precios.
• Ventajas técnicas. Implementando procesos productivos de calidad se promueve la mejora continua y se fomenta la incorporación de las más innovadoras soluciones técnicas. Además, los productos cuya calidad está certificada tienen una mayor vida útil.
• Ventajas externas. Si una empresa trabaja abiertamente por la calidad de su producción lo tendrá mucho más sencillo a la hora de relacionarse con clientes industriales, con los poderes públicos y con las asociaciones de consumidores.
• Ventajas internas. Todo lo anterior repercute indudablemente en el ambiente en la empresa y en el clima laboral.

¿Cómo asegurar la calidad en los procesos de producción?

Hay, en concreto, tres pasos a seguir que todas las empresas que quieran trabajar la calidad de su producción deben dar. Son los siguientes.

• Fase de planificación. Hay que analizar dónde se encuentra la empresa y a dónde quiere llegar. En base al presupuesto disponible, se establecen objetivos y medidas a implementar para conseguirlos.
• Fase de implantación. Durante esta fase, y si se quiere cumplir con la norma ISO 9000, es necesario documentar todo el sistema de gestión de calidad. Destacan, en este sentido, el manual de calidad y el mapping de procesos.
• Fase de auditoría. Se comenzará con auditorías internas para, una vez que estas se resuelvan con éxito, proceder a la auditoría externa que llevará a la certificación oficial ISO 9000.

Está claro que implementar sistemas gestión de la calidad en las empresas conlleva un coste. Pero, sin lugar a dudas, se trata de una inversión que lleva asociada una enorme rentabilidad a largo plazo.